EL MIMO DE LOS TIEMPOS
¡resoplas serpenteantes movimientos!
Eres el mimo de los tiempos
con tu cara blanca,
con tus ojos tiernos.
Te sonrojas entre las montañas
cuando a la catedral vuelan los cuervos,
cuando tus níveas barbas
se hacen espuma, algodón, sueños.
Como todas las tardes llegas al alma
con tus recatados y amables gestos,
con los mirlos que se engalanan
cantando adioses al invierno.
A fuerza de brotes con el sauce hablas,
con el olmo que se eleva callado y quieto,
con la hiedra que se enzarza
en verdes y complicados enredos.
Al fondo, los ecos de una campana
suspiran por agarrarte dentro,
por tener la receta sagrada
de tus cotidianos movimientos.
Cuidas, sigiloso, tus mesnadas
como la gallina a sus polluelos.
Das a la vida ritmo,
al pimpollo savia,
azul al cielo.
Eres el mimo de los tiempos,
el de las manos horadadas
por sus pequeños,
el de las pocas palabras,
el de los muchos hechos,
el de las tardes en casa
cuando se aleja el invierno.
1 comentario:
Me encantó.
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