NERVIOS
No has caído con el invierno
aunque te sonrojaste
al quedarte sola,
cuando las demás
dejaron el huerto,
cuando se balancearon
hacia otras.
Has conservado tu savia,
tu celo
soportando las heladas,
las podas;
las largas sombras
sin cielo;
los recuerdos del sol
en las lomas.
Y piensas que todo pasa,
que no es eterno,
que volverán los colores,
otras hojas,
la fuerza en las ramas,
el rocío mañanero.
Y esperas el final de las cosas,
y sabes que siempre
acaba el invierno.